Desajustes entre higado y cerebro alteran los patrones de ingesta de alimentos.

La desincronización de los ritmos circadianos inducida por el trabajo por turnos o el jet lag, es perjudicial para la salud metabólica, pero se desconoce cómo se transmiten las señales sincrónicas o asincrónicas entre los tejidos.

La disfunción del reloj molecular del hígado se envía al cerebro a través del nervio vago hepático , lo que lleva a alterar los patrones de ingesta de alimentos que se corrigen mediante la ablación de dicho nervio vago . La vagotomía de la rama hepática también previene las alteraciones en la ingesta de alimentos inducidas por una dieta rica en grasas y reduce el aumento de peso corporal. Los hallazgos revelan una señal de retroalimentación homeostática que se basa en la comunicación entre el hígado y el cerebro para controlar los patrones circadianos de ingesta de alimentos. Esto identifica al nervio vago hepático como un posible objetivo terapéutico para la obesidad en el contexto de una cronodisrupción.(https://www.science.org/doi/10.1126/science.adn2786)