Entendiendo la salud intestinal
- todoescomer
- hace 6 días
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Cuando se piensa en la salud intestinal, nos vienen a la mente las "bacterias buenas" y el añadir más microbios al intestino con productos como probióticos, yogur, kombucha e incluso trasplantes fecales.
Pero aquí está el problema: la mayoría de las veces, esos nuevos microbios no se mantienen lo suficiente como para ser beneficiosos. Y no se comportan de la misma manera en el cuerpo de todos.
Los científicos están descubriendo que la salud intestinal no se trata solo de las bacterias presentes en el intestino. Se trata del entorno en el que viven.
El intestino tiene una capa de moco que funciona como un escudo resbaladizo. Protege la pared intestinal y proporciona alimento a ciertas bacterias.
La capa de moco tiene dos partes: una interna que impide el paso a la mayoría de las bacterias y una externa donde viven los microbios. Si el moco se vuelve más líquido, las bacterias se acercan demasiado a la pared intestinal. Esto puede causar inflamación y enfermedades.
La dieta es importante. Cuando la fibra es baja, algunos microbios se alimentan del propio moco, debilitando la barrera.
La mayoría de las bacterias intestinales sanas prefieren poco o nada de oxígeno.
Normalmente, el colon tiene poco oxígeno. Pero si se produce inflamación o daño, el oxígeno se filtra. Esto permite que bacterias "malas" como la E. coli proliferen.
Los microbios no viven solos. Comparten alimento. Los desechos de un microbio son la comida de otro. Si esta cadena se rompe —por ejemplo, cuando falta fibra o bacterias beneficiosas—, todo el sistema se debilita.
El sistema inmunitario es como un árbitro intestinal. Mantiene la paz mediante moléculas especiales que controlan a las bacterias. Si el sistema inmunitario es demasiado agresivo, la diversidad disminuye. Si está equilibrado, las bacterias beneficiosas prosperan.
El intestino de cada persona es diferente. No existe una solución universal.
Es difícil medir la mucosidad, el oxígeno y los nutrientes en el intestino pero he aquí algunas pautas para mejorar la salud intestinal:
Consume mucha fibra de diferentes plantas. Simple pero muy efectivo: nutre las bacterias beneficiosas y protege la mucosa. Nutrientes como el zinc (semillas de calabaza y cáñamo, garbanzos, anacardos y lentejas), la vitamina A (verduras de hoja verde oscura, verduras de color naranja y amarillo, pimientos rojos, mangos y melón) y las grasas omega-3 (semillas de lino, semillas de chía, nueces, edamame y algas) optimizan la salud de la pared intestinal.
Fibras y compuestos especiales pueden espesar la mucosidad. Estos incluyen alimentos gelificantes (semillas de lino, semillas de chía, cáscara de psyllium y okra), alimentos ricos en fibra soluble (avena, legumbres, manzanas, peras y cítricos) y tubérculos (boniatos, zanahorias y remolacha).
Disfruta de los polifenoles de las bayas, el cacao y el té: actúan como antioxidantes y favorecen el intestino.
El sueño y el ritmo diario son importantes. Tus microbios siguen el reloj biológico.
El ejercicio fortalece la barrera intestinal y aumenta la diversidad microbiana. Intenta realizar 30 minutos de ejercicio moderado casi todos los días.
Fuente : Soil, not Seeds: A New Way to Think About Gut Health-https://gutbliss.com/soil-not-seeds-a-new-way-to-think-about-gut-health/?mc_cid=a65bcf8946&mc_eid=5893084e72



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